—Uh, no… —dice Juano, agarrándose la cabeza con ambas manos—. Qué bajón, che… —y pasa las manos a la cintura.
Sale del casino. Camina por la calle Buenos Aires hacia San Martín, come una hamburguesa y pasea un rato por la peatonal.
Después vuelve al estacionamiento, se sube al auto y viaja de regreso a Rodríguez.
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