CUANDO SUENA LA SIRENA

Un día llegó al cuartel cuando sonaba la sirena por una emergencia. Mientras todos se preparaban para salir, escucharon que se encendía el motor del autobomba. Había un desconocido al volante. Nadie dijo nada porque, en ese momento, lo necesitaban.

Después de la emergencia, el desconocido no dijo nada. Estacionó el autobomba y desapareció.

La próxima vez que sonó la sirena, volvió a aparecer. Puso en marcha el autobomba y, cuando terminó todo, volvió a desaparecer.

Así fue en cada emergencia. A cualquier hora, con cualquier clima.

Nadie sabe cómo se llama ni de dónde viene. De Rodríguez no es.

Sigue apareciendo y desapareciendo cuando el autobomba lo necesita.

Los compañeros le pusieron Jaime.

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