Ya no soporta que nadie más la rechace.
Miguelito se va del bar, pero vuelve unas horas después. Se queda adentro, con el bar ya cerrado, y sale a las diez de la mañana.
En ese momento, ella lo aborda y lo obliga a entrar en su auto. Trata de besarlo, pero él aparta la cara. Entonces, lo agarra del pelo y tironea. Le sujeta el cuello para atraerlo, lo aprieta con furia porque no cede, aunque ella es más grande, más fuerte que él.
Cuando se resigna y deja de forcejear, Macarena se da cuenta de que Miguelito no responde. Está a punto de llamar a una ambulancia, pero enseguida entiende que no tiene sentido. Está muerto. Lo mató. Lo mató sin querer.
Mira por la ventanilla, angustiada, y se encuentra con un revólver apuntándole a los ojos. Una bala rompe el vidrio y le atraviesa la frente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario