TELÓN

Justo ahora, cuando ya es tarde, me doy cuenta de que fui una estúpida.

Una ingenua con pretensiones de iniciada.

Un segundo antes del telón, descubro que todo era una farsa.

Una farsa que parodiaba una tragedia.

Todo era mentira. Me cagó.

Caí como una boluda en las redes de Mateo.

No me estaba formando.

No me estaba enseñando nada.

Yo no era la elegida para la reunión de la magia.

Mentía.

No me amaba.

Mentía.

No me cuidaba. No me escuchaba.

Me estaba robando los secretos de las curanderas.

Me absorbía como una esponja sucia.

Y cuando terminó, cuando ya no le serví, se deshizo de mí.

Lo tenía planeado.

Mentira las caricias.

Mentira los besos, las promesas susurradas.

Lo único certero es esta muerte indigna.

Y ni siquiera es mía.

También es de él.

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