ESPERANDO A BRUNO

Eusebia ordena la casa porque hoy la visitará su nieto. Pasa el plumero por los estantes, barre debajo de la mesa, acomoda el sillón donde siempre él salta apenas entra. Saca del cajón algunos juguetes viejos que todavía andan, limpia el autito azul con una franela y deja los lápices de colores bien a mano, por si Bruno quiere dibujar.

Después sale a comprar comida, gaseosa y galletitas. Elige las que a él le gustan, aunque a veces ni las toca.

Hace una semana que no lo ve y lo extraña más de lo que quisiera admitir. Se le hizo larga la espera.

Ruega que Susana no se retrase. No le quiere mandar mensaje, para no parecer insistente, pero mira el celular a cada rato.

Mientras tanto, se pone a coser unos botones sueltos en una camisa, solo para hacer tiempo. El reloj parece ir más lento cuando lo espera a él.

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