El mundo parece contener la respiración y el ruido se desvanece a su alrededor.
Están enterrando a Eusebia y a Bruno, susurra.
No es solo un hecho, sino un punto de inflexión, un cierre que se siente cargado de cosas que no terminan de nombrarse.
Una sombra que se extiende entre lo visible y lo oculto. Algo que atraviesa el tiempo y el espacio, entrelazando vidas y muertes, dejando rastros que solo se notan cuando se busca con atención.
Nada es casual, aunque nadie hable de ello.
Las piezas se mueven en la penumbra, y el hilo que las une permanece invisible para casi todos.
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