Sebastián es cajero en el Banco de Rodríguez desde hace más de treinta años. Juampo iba cuando salía de la escuela. Se crió corriendo por los pasillos.
Gracias a eso, pudo hacer un plano mental del banco y ubicar el lugar de la bóveda. También se informó de los movimientos del banco haciéndole preguntas falsamente casuales a su padre.
Sebastián está enojado. Seguro que lo van a echar. Encima, usaron su auto para el robo y ahora quedó incautado.
Juampo le pide disculpas, y Sebastián, como buen padre, lo perdona… a cambio del veinte por ciento del botín.
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