Claudio contrató a la hija de Eusebia para que ayude metafísicamente a la empresa. Y también ubicó a su hijo como asistente técnico. Pero lo que verdaderamente quería era estar con ella.
Tocó la puerta de la casa de la calle 10 con un ramo de flores en la mano izquierda.
Eusebia abrió la puerta, sonriendo. Lo estaba esperando desde hacía tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario