Alejandro se queja por lo bajo. Está sentado detrás de la barra, con la cabeza apoyada en la mano izquierda.
El bar está vacío, apenas hay dos amigos ocupando una mesa.
Los pibes se enojaron, pero no valía la pena abrir el resto de las barras. Sería un gasto innecesario. Ni siquiera valía la pena abrir el bar, pero lo hizo para intentar conquistar a Miguelito. No está seguro de tener alguna oportunidad con él. Algunas veces lo descubrió mirándolo raro. Cerraría el bar ya mismo si Miguelito le diera bola.
Qué noche aburrida en Rodríguez. Todos hacinándose en Babilonia, desesperados por ver al imbécil ese del Lobizón Ferreira.
Qué noche amarga en Rodríguez. Alejandro no se anima a encarar a Miguelito.
¿Qué hace en Rodríguez esta noche? ¿Para qué está en Alejandría si ya sabía que no iba a venir nadie? Si tiene tantos bares que administrar, tantos novios atendiendo sus barras… ¿Estará enamorado de Miguelito? Lo mira. Hay diez personas en el bar, y una de ellas coquetea con Miguelito. Qué noche de mierda.
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