UN TELEFONISTA TAMBIÉN ES UN POLICÍA

A veces me pregunto qué haría si ocurriera una epidemia zombie. ¿Sería héroe o víctima? Seguro que trataría de buscar refugio en algún lugar seguro, lleno de provisiones, y mataría a todo aquel que se acerque para proteger los últimos chocolates del mundo, las últimas latas de atún, los últimos duraznos en almíbar.

Me gustaría ser héroe y rescatar gente en medio de la epidemia zombie. Estuve en la academia. Me recibí. Soy policía… técnicamente. Soy recepcionista. Telefonista.

Cuando era chico, como jugaba mal, siempre me tocaba ser arquero o defensor, que son posiciones de relleno en el fútbol de canchita. Nunca me dejaban ir adelante ni ocuparme de la ofensiva. Esto es lo mismo. ¿Soy policía? Sí, pero atiendo a la gente y me comunico con los policías para que se encarguen de los peligros. ¿Soy policía? Soy un recepcionista.

¿Cómo puedo ser un héroe durante una epidemia zombie si soy un recepcionista? Me van a comer entero y van a dejar intacta mi mano derecha para que sea un zombie que atiende el teléfono.

Hablando de Roma… Suena el teléfono. Es el momento de hacer mi brillante trabajo:

―Comisaría. Buenas noches, soy el cabo Martínez. ¿En qué puedo ayudarle?

―Buenas noches, cabo. Le habla Lautaro, del 911. Se ha reportado un incendio en la casa número 996 de la calle 10, en Rodríguez.

―¿¡¿En dónde!?!?

―Calle 10, número 996, Rodríguez.

―¡No te lo puedo creer! ¿Por qué no llamaste a los bomberos directamente?

―No tenemos registrado el número de los bomberos.

―¡No te la puedo creer! ¡La casa de la vieja! ¿Cómo no vas a tener el número de los bomberos? ¿Qué clase de servicio brindan?

―Por eso lo llamo a usted, cabo, para que se comunique urgentemente con los bomberos.

Martínez corta la llamada. Cómo se va a incendiar la casa de la vieja, mierda...

Le habla por la radio a todos los móviles:

―Vayan urgente a la casa de Eusebia. Se está prendiendo fuego. Urgente. Todos. ¿Alguien tiene el número de teléfono de los bomberos? ¿No? ¿Nadie? Que los pase a buscar el móvil que esté más cerca.

De todas las casas de Rodríguez, ¿por qué justo la de Eusebia? ¿Y si le pasó algo? No, no puede ser. Capaz que lo hizo a propósito. O es una confusión, o una broma, y no hay incendio. Hay muchas falsas alarmas. Por favor, que sea eso.

Martínez llama a Andrés y luego a Lorena.