CANALLADAS

El cabo Martínez está consternado. Sus compañeros le fueron contando por radio sobre la casa carbonizada, el cuerpo calcinado de Eusebia, muerta en la vereda, y el pobre Bruno muerto por asfixia en su habitación.

Creen que fue un cortocircuito o una vela caída por el viento, que agarró alguna cortina. 

Bartolomé no está de acuerdo con esas hipótesis, como es habitual. Pero Martínez cree que esta vez tiene algo de razón porque la casa de la vieja no se quema sola, eso es imposible.

Dos pibes aparecen en la comisaría cargando una escalera de acero inoxidable, chiquita. Dicen que la robaron del banco. Hicieron un boquete, entraron a la caja fuerte, robaron la escalera y se fueron.

A pesar de que la situación es bizarra, Martínez no tiene ánimo para prestarles atención.

Llama al gerente del banco, que está despierto a pesar de la hora.

—Robaron la caja fuerte del banco —le dice—. Tenemos a los responsables. Lo va a pasar a buscar un patrullero para llevarlo al lugar.

El gerente tampoco entiende cómo puede haberle pasado algo tan horrible a Eusebia. Le pregunta a Martínez si sabe qué pasa con los trabajos de Eusebia. ¿Se cortan? ¿Hay que continuarlos? ¿Puede pasar algo malo?

Martínez no sabe qué responder. Ahora que la plantea, le surge la misma inquietud a él.

Va hasta el comedor y le pide al primero que no se hace el distraído que se ocupe de la situación del banco.

Tras ponerse brevemente en tema, Fabián agarra la placa y el arma reglamentaria. Guarda la escalera en el baúl del patrullero y sube a los pibes en el asiento trasero. Pasan a buscar al gerente y van al banco.

―Un muy buen boquete, muy bien sellado ―dice el policía ante la mirada sorprendida del gerente.

Los pibes ya no tienen por qué ocultar nada. Cuentan que ganaron cien millones de dólares por apostar en internet que robaban un banco. Y ahí mismo arreglan ceder un porcentaje de sus ganancias para compensar al banco y a la policía por las molestias ocasionadas.

Devuelven la escalera a su lugar y cierran la bóveda.

El banco no presentará cargos. Los pibes se pueden ir tranquilos.

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